Gente que se dio una vuelta


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20 de marzo de 2010

Guilty pleasure

¡DEXTER!. Tengo síndrome de abstinencia. En febrero terminé con la maratón de la cuarta temporada y, si no entendí mal, recién en septiembre arranca la quinta. Temo tomar su lugar. 


Dexter es uno de los placeres culposos, adictivos. Un asesino serial entrañable, querible. Adoptado por un policía que descubre que no tiene sentimientos y sí un ansia enorme de matar, Dexter es "entrenado" por Harry, su padre adoptivo, para que mate a los chicos malos sin dejar huella. Dexter no tiene sentimientos. Ninguno, 


Dexter crece y se hace forense de la policía, donde trabaja junto a su hermana. Dexter sigue matando. Y causa placer...


Más allá de Michael C Hall, quien con sólo levantar una ceja deja que su oscuro pasajero pase a primer plano, la serie me fascina. Y la idea también. Habla del asesino que nos habita y que, si pudiese vencer las barreras de la culpa, el peligro de ser atrapado, el tabú de reconocerlo, procedería, sin más, como Dexter. Eso lo hace querible. 


Y quién pudiese, por un día, ser Dexter. Véanla, la recomiendo. Y si se hacen adictos, no digan que no les avisé.

1 comentario:

Mariana dijo...

Me encanta Dexter y él interpreta al personaje súper bien
¿estoy comentando mucho? perdón... muy bueno el blog