Gente que se dio una vuelta


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14 de abril de 2010

Algo así como un ejemplo

El lunes quedó en libertad Luque, el último implicado en el crimen de Ma. Soledad Morales. En septiembre de 1990 aparecía el cadáver de esta mujer, en Catamarca. Cursaba el último año de la secundaria. La autopsia develaría que había sido drogada, violentada, violada, golpeada. Un horror.
Sin embargo, no fue un femicidio más; el tesón de Marta Pelloni, los Morales y gran parte del pueblo catamarqueño, hizo tambalear el sistema: María Soledad fue un juguete para los hijos del poder en una provincia -como muchas- donde el caudillismo está a la orden del día. La investigación (varias, en verdad) sólo puso de manifiesto una serie de irregularidades, cubriendo a los poderosos. Total, era una minita rápida, como si eso justificase lo aberrante.
El lunes reporteaban a Ada, la mamá. Que qué opinaba sobre la liberación de Luque, qué le parecía. Cuando esperaba que respondiese indignada, dijo algo así como: "Está bien, la ley se cumplió. La misma ley que todos queremos cumplir; eso no significa que la ley sea justa. Hablo sin odio ni rencor".
Que Luque esté en libertad es legal, no justo. Clarísimo lo de la sra. Morales. Clarificador.
Pienso: cierto, lo legal no siempre es justo, es una obviedad. Pero escucharlo de una víctima me sacudió profundamente.
En algún lugar sentí que esta mujer nos ganó a todos.

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