Gente que se dio una vuelta


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25 de abril de 2010

Ciclos

¿Nunca les pasó sentir que, de golpe, les caían encima un par de décadas?. Un lugar privilegiado para pasar por semejante experiencia son los bautismos o los cumpleaños de los niños. Sobre todo, para aquellos que no tenemos cría propia.
Lo bautizaron a Mateo, sus papás llegaron a los 30, pero, tristemente, los conocí a los dieci... Claro, ok. Sé que el tiempo no para, pero también estaban los niños de Kari y Nico, de Candy y Martín, de... ¡Por Zeus!.
Al llegar tarde -culpa del colectivo nefasto- me senté en un costado del templo, de manera que podía ver todo y a todos: Jero iba y venia con su valijita (después me contó que tenía juguetes); Joaco corría sonriendo, Mica, más seria, cual princesa; Rocío, mi ahijada, que está cerca de los cuatro.
Mateo, de seis meses, en brazos del papá, en esos intentos de pararse que hacen que los pequeños reboten. La renovación de las promesas bautismales, la comunidad que formamos creyendo, las palabras rituales, la luz.
En un momento los miraba a padres, niños, abuelos. Casi como desde afuera. Palpé cómo la vida se renueva. Y sentí que todo estaba muy bien.

1 comentario:

Mariana dijo...

A mi me gustaría que re se renueve más despacito