Gente que se dio una vuelta


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29 de junio de 2010

Nada nuevo bajo el sol

El el principio, el miedo se cernía sobre las mentes.

"No, por más que en Europa lo tengan y en Estados Unidos se consiga, no va con nosotros".
"Nosotros somos cristianos, no cualquier cosa como en esas mezclas que se dan afuera".
"¿Desde cuándo el Estado puede legislar por sobre la voluntad de dios así como lo entendemos, proclamamos, celebramos y enseñamos?".

Muchos piensan que el mundo se va a terminar, que los van a obligar a casarse con quien ellos no deseen, que los niños que nazcan serán laicistas y anticlericales, como la peste de sus padres, que la familiatradicionalvacaminoalaruinaveadoñayalgohayquehacer, que ya ni los muertos podrán descansar en la paz inmaculada...

¿Cómo a este Vélez Sársfield se le ocurre que necesitamos un Código Civil?.

Esto se escuchaba decir -o al menos así lo imagino, con un margen de error del 3%- en Argentina, allá por 1870, antes que de promulgue el Código Civil. Ahí, entre otras cosas, se le quitaba a la iglesia católica el dominio absoluto sobre la vida (nacimientos), sexualidad y reproducción (matrimonio) y muerte (defunción y entierros).

El mundo sigue andando, que yo sepa.
Huelgan las palabras.

3 comentarios:

Marus dijo...

No sé si es algo tan simple Pablo. Ni en 1870, bastante antes de que Don Velez termine el código, ni ahora. Quizás sea inocente, pero prefiero pensar en una sociedad que, con sus tropiezos, camina y así trata de madurar. Antes y ahora, no creo que tooodooo pase por la iglesia, ni por las opiniones de los que de ella nos sentimos parte. Soy católica y también soy una mujer de derecho y no me gustaría que salga la reforma del código que seguramente va a salir. Considero necesaria la modificación en cuanto a que permita el matrimonio entre personas del mismo sexo, porque la legislación debe reconocer las distintas realidades de la sociedad. Al menos una legislación seria debe incluir no excluir. Pero la reforma que se está tratando va a dejar en desprotección a muchos de los matrimonios que están y los que van a ser. Eso nos tendría que preocupar, más que lo que la gente dice. Por ahí no saben y hablan

Pablete dijo...

No digo que sea simple, doc. Sólo analogo situaciones: si es el prejuicio o el miedo lo que prima -estés a favor o en contra- no es posible un diálogo más o menos serio.
También pasó similar con la ley de matrimonio del 86. muchos se cortaban las venas y no se terminó el mundo, tampoco.
Creo, es decir, opino, que muchos, seamos o no católicos o cristianos, podemos ayudar a pensar a otros, es decir, a ver más ampliamente, con matices, desde otros lados:
como abogada, podrás ver las falencias que tiene la ley, como ciudadano, ver que la realidad ya vivida es injusta para algunos, como cristianos en un mundo e iglesias que son históricas, ver cómo compaginar lo que permanece y lo que cambia...
No deseo que se apruebe la ley ni se la cajonee sin debatir, pensar, ver si hay o no fantasmas, porque uno u otro dice sí o no...
Lo que sí afirmo, es que no es el fin del mundo.

Mariana dijo...

Desde la ignorancia digo: desde cuando la orientación sexual te hace menos o mas ciudadano, te da o te quita derechos y deberes. ¿No somos TODOS personas? ¿si soy lesbiana no pago expensas?(esa me vendría bien)

¿Cuál es el problema? No hay acaso heterosexuales que tienen matrimonios horribles, que son padres espantosos y crían algunos "niños" que dejan muchooo que desear ¿cómo sabemos que un homosexual va a ser mal o buen padre? ¿si no son padres perfectos hay que quitarle la tenencia?(además de que no existen los padres perfectos) ¿acaso nosotros nunca tuvimos diferencias o peleas con nuestros hetero padres?

No sé, por ahí estoy totalmente confundida y no entiendo nada de leyes (celestiales o terrenales) pero son algunas de las preguntas que dan vuelta por mi cabeza.

All you need is love !!!