Gente que se dio una vuelta


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8 de agosto de 2010

Patadita al ego

Aprovechando que iba a estar cerca de su casa, llamé a mi sobrina mayor -27 en unos meses-.

-Che, ¿vas a estar?
-Sí tío, venite.
-Dale, voy, así la veo a la pequeña.

La pequeña es su hija de tres años, mi sobrina nieta (lo peor que te puede pasar es ser tío abuelo, estás a un paso de la decadencia). Llegué y Nati estaba ocupada, pero la niña me recibió con besos, saltos... una fiesta.
Miramos el video de Adriana y el sapo Pepe, cantamos y bailamos, dibujamos un poco, jugamos con sus muñecos. Me sentía el más grande de los tíos abuelos, feliz con el vínculo con la criatura, a la que no veo tan seguido como quisiese. Además nos reímos un montón.

Tomamos la leche -ella, yo un café-, mientras la mamá aprovechaba al niñero improvisado para poner un poco de orden en otras cosas. Total, re bien la niña y yo... hasta que me pregunta:

-¿Cómo te llamás vos?.

Al cuerno mis ilusiones de ser copado.

-Celeste es así con todos, dijo la madre...

4 comentarios:

Mariana dijo...

jaja me causó gracia, perdón

Pablete dijo...

Esa es la idea, ¡¡que nos cause gracia!!

EL BLOG DE TERCERO dijo...

qué ídola la peque!!! jajaj

ali dijo...

Ja ja !1 Igual quien te quita lo bailado.