Gente que se dio una vuelta


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30 de septiembre de 2010

Seguimos

No fue sencillo pero pasó el día de ayer. La mañana estaba muy gris. Adentro y afuera.
Comenzó con recuerdos compartidos con otros, medio al borde del quiebre, todo el tiempo. En un momento pensé: ¿por qué me contengo, qué gano?. Así que me dí el gusto de llorar sin demasiadas vueltas.

Por suerte, al mediodía, comí en casa de mis padres y estaba mi sobrina de 7, a quien le pedí un abrazo extra, como para poner un poco de calorcito. Pero en cuando mis padres prendieron la tele, tuve que encerrarme en la que había sido mi habitación: todos los canales mostraban el dolor por la muerte inesperada de Romina Yan, una actriz, joven, madre, 36 años. No tenía resto para bancarlo.

Necesitaba ritualizar, hacer algo. No había podido ir al cementerio (no por morbo, sino por poner un gesto, un rito, un algo). Me fui para Sanfer, al templo que había sido lugar de tantos encuentros. Me encuentro con Luis, el papá de Ale... Un par de mates y otro de abrazos. No más. No menos.

Voy a casa de unos amigos. Llama Caro, quien era novia de Ale. Cae, al rato, con su marido y su hijo. Por si había dudas que la vida sigue, que seguimos, que estamos... Dolió un poco, pero estuvo bueno.

Una vez más: gracias por las tribus.

1 comentario:

Mariana dijo...

Hay que ceder y seguir sino queda ahí atragantado y hace mal.