Gente que se dio una vuelta


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19 de abril de 2011

Mesas

La "maratón gastronómica" que contaba ayer, y por algo que sentí en casa de Pato, balbuceo...
Los que rondamos los 40 (+/-), ¿se acuerdan de las mesas de la cocina de nuestras casas?. Todo, casi todo pasaba ahí: hacíamos los deberes, se preparaba la comida, comíamos, tomábamos la leche (o el té, depende), las abuelas o las mamás tomaban unos mates. Ahí iban a parar las compras del día, las bolsas con pan, lo que iba o volvía de la heladera...

Y lo más lindo: en las cocinas había espacio para esas mesas. Hoy -ya sé, vida moderna, pero miren dónde nos está llevando-, las cocinas pequeñas, con suerte tienen una mesita amurada que sube o baja; no son lugar para estar, sino lugar de paso. Como estamos medio a mil -desde los nenes con doble escolaridad y extracurriculares a los papás que se matan laburando para sostener eso y tantas otras cosas sumamente necesarias (¿?), ya no compartimos mesa, comidas.... Con suerte, un picoteo de parados entre dos cosas.

Me parece que si volviésemos ahí sería curar a futuro.

1 comentario:

Vale Marsans dijo...

que anhelo tan calido!
A mí me encanta aportarle olores a mi casa y educar en olores a los registros de mis hijos el aceite de melisa, la pasta frola, el ajo (en las comidas como los guisos) las glicinas de la pergola... es una memoria muy poderosa, no? Me encanta cuando viene uno de mis hijos y me dice -"mmmm que rico!"