¿Qué decir?. Unas personas en sus cincuentitantos, sesentitantos, ex hippies, vuelven a la casa de campo donde de jóvenes vivieron en comuna. Ahí vive aún uno de ellos. Acompañan este reencuentro alguno de sus hijos, niños entonces, ¿adultos? ahora.
Claro que no tarda nada en estallar el conflicto: el de los mayores entre ellos, entre lo que soñaron y lo que son.
El de los más jóvenes con los mayores, que los hicieron pasar por esa experiencia sin considerar los costos.
El de los jóvenes entre sus propias indefiniciones e inmadureces.
Y el pase de facturas, y los demases.
Si bien no me fascinó, sí me gustó mucho esa cosa con la que sintonizamos varios: ser herederos de las decepciones y los fracasos de otros.
Pienso: ¿qué legaremos a los que nos siguen?
3 comentarios:
Prefiero por ahora no pensar en lo que lego, sino no engendro y la vida me fluye por dentro sin opción en este instante.
Con respecto a lo que herdedé?: miedos, maldita busqueda de seguridades, reveldía, anhelos de justicia, o de igualdad de derechos y oportunidades (que no se si es lo mismo)...
algunas de esas cosas pesan.
saludos!
Bueno, ah, me re complicaste ¿qué lego? Creo que nada pero lo voy a pensar. Si sé lo que me gustaría que la gente vea en mi y tome (de tener que tomar algo): libertad, sentido crítico (que no es igual a quejarse por todo), dejar de lado la idea "si todos lo hacen está bien", búsqueda constante, curiosidad y que la cordialidad (mínimo: gracias, por favor, permiso, disculpe, hasta luego, buen día) y el sentido del humor colaboran siempre.
Gracias, chicas, por compartir.
Saludos a la vida que te fluye, Maia.
Mariana: no, yo no te compliqué, fuiste vos quien respondió. Mirá Remake, y hacé la reseña. Dale, dí que sí.
Publicar un comentario