Gente que se dio una vuelta


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27 de septiembre de 2011

Crepúsculos

Vamos a un lugar simple y común.

El amanecer o el atardecer -los que no son lluviosos, los que dejan ver un poco de sol- son de los momentos que más me gustan. Hay cierto silencio natural, las reglas del tiempo se desarticulan porque las cosas suceden más lento o más rápido que lo habitual. Cierta promesa de lo que vendrá, día o noche.

Y por lo de ser promesa, justamente, no son plenamente luminosos, plenamente oscuros.
Momentos de permanecer y transitar.

2 comentarios:

Vale Marsans dijo...

Comentaba con mi hijos que distinto es levantarse a las 7 de la mañana en primaver/verano que en invierno/otoño, lo distinto que es amanercer con luz y no con tanto frío!! Es subjetivo, obvio, pero para mí muy vivificante!!

Vale Marsans dijo...

Bah!! yo comentaba y mis hijos me miraban... cuando dije "No?" respondieron "Si" jajjaaja