Gente que se dio una vuelta


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24 de noviembre de 2011

Disculpen mi risa

Ayer y hoy apareció en los diarios una terrible noticia: las pulseritas Power Balance no cumplen con lo que prometen -http://www.clarin.com/sociedad/pulseras-Power-Balance-empresa-quebrar_0_595740604.html-. Después de reponerme del shock inicial, que puso en jaque todo mi sistema de creencias y convicciones, de recordar a personas que me juraron los beneficios que le había traído usarlas, volví a mi manía de pensar, analizar...

Y lo compartía con algunos, vía face. Tute decía que era porque somos unos muppets consumistas. Yo decía que, para mí, tiene que ver con la necesidad de fetiches o seguridades. Somos modernos, científicos, pensantes: la cinta colorada o la pata de conejo es superstición, pero algo que de poder, equilibrio a las energías, es ciencia

Tiene que ver con que no nos animamos a rezar, y por eso tiramos buena vibra. 

Descreemos de todo, pero necesitamos pequeños mesías, pequeñas salvaciones. 

Aunque sean placebos. Peor es nada,dicen.
¿Peor que la mentira?

2 comentarios:

Javi dijo...

pucha... la voy a guardar en el mismo cajón que tengo las tiritas nasales para respirar mejor, el reduce fat fast y el masajeador capilar hansen...

Pablete dijo...

Yo la puse como adorno en la pecera de los Sea Monkeys