Gente que se dio una vuelta


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8 de enero de 2012

A la fuerza II

Una de las cosas que me parecen incluso perversas de este optimismo obligatorio, es la culpabilización del fracaso, tristeza, situación de pobreza, desventaja. Sé que en algunos casos es claramente culpa o responsabilidad de la persona, pero: ¿qué pasa con lo imponderable, con lo que no se puede manejar?.

El video que aparece en el link de ayer, citaba a la autora de El secreto quien decía que las personas habían mandado "vibraciones de tsunami", por eso vino el tsunami. Espantoso.

O cuando alguien está enfermo de cáncer, por caso, y a eso le sumamos la sospechosa mirada de que se lo causó. ¿Y si el enfermo es un nene de meses, qué?; ¿paga alguna culpa ajena de algún dios vengativo y mierdoso?.

O cuando a alguien enfermo de depresión -que no es lo mismo que estar bajoneado-, lo hacen sentir responsable de no querer sanar.

Qué perversiones, por Dios.

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