Gente que se dio una vuelta


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12 de abril de 2012

Analfabeto

Cuando digo que no me interesa en lo más mínimo el fútbol me miran cual bicho raro. Te miro un partido, si me dan ganas, en un mundial, como para poder charlotear de algo, ponele. Pero no comprendo a quienes siguen los de acá, los de Europa, los de Brasil, los de Júpiter. Por más que que haga el esfuerzo no retengo más que un par de jugadores o técnicos.

No entiendo -NO ENTIENDO- cómo se pone tanta energía/pasión/amor en eso. No puedo. Ni tengo ganas de intentar poder. Es casi una discapacidad. Ni les cuento cuando, a modo de charla intrascendente, un remisero/doctor/alguien intenta comenzar un intercambio: me limito a decir tal cual, ajá, mirá vos, qué cosa, tremendo... 

I don't speak sports, I'm sorry.

2 comentarios:

Javi dijo...

Esta charla la hemos tenido alguna vez...creo que pasa por donde poner los fanatismos y los límites de los mismos, tal vez todos tengamos algo por lo que sufrimos o nos alegramos que no sabemos muy bien porque. A mi me gusta el futbol, pero sé que engloba algo mas, una excusa para juntarse, un punto de encuentro, un topico en una charla, un recuerdo, etc.
Lo que me parece muy triste es la agresión al otro por tener una "camiseta" diferente.(Ah no pará, no pasa solo en el futbol?)

Pablete dijo...

Sí, lo hemos charlado, seguro. Pero me causa asombro mi incapacidad, en serio: mirá que lo intento.

Y obviamente, entiendo -y por eso me gustaría poder- las cuestiones de rituales que se dan en estos contextos.

Lo de la camiseta pasa en el Polo, también (?).