Gente que se dio una vuelta


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27 de marzo de 2013

Terrores nocturnos

Algunas personas miran películas de terror y las disfrutan. Yo no puedo. Es vergonzante. Por más que sé que es mentira no puedo.
Me dan miedo. Sufro, me asusto, sueño. 

La otra noche me enganché viendo Spielzeugland (Toyland, Tierra de juguetes). Un corto alemán. Segunda Guerra, dos niños, uno judío, otro no. El judío es deportado con su familia y su amiguito lo quiere acompañar a la tierra de los juguetes.

Las películas de la segunda gran guerra -no las bélicas, sino este las de judíos, resistencias, campos- me angustian. Es un terror más real. No lejano. Posible. Cierto. Intento comprender la maquinaria del odio y muerte. Se me escapa. Es un monstruo no tan ajeno.

No me da miedo. Peor: me desasosiega saber que el monstruo vive. Transmutado, disimulado; pero vive.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad que no es joda lo que vivieron judios, no quisiera estar en los zapatos de los judios de esa generacion.
Como dice la cancion, "solo le pido a D ios, que el dolor no me sea indiferente"