Gente que se dio una vuelta


© Copyright

Si querés copiar y pegar, claro que podés; pero citá la fuente, ¿sí?. Gracias.

2 de abril de 2013

Callate, vos II

Lejos, muy lejos de la ecuanimidad creo que está bueno poder distinguir, tanto como sea posible, desde dónde criticamos, decimos, opinamos. 

Si es desde un lugar primeramente afectivo (por aceptación o rechazo), lo más probable es que, en bloque, aceptemos o rechacemos lo que un otro diga o haga, casi físicamente imposibilitados de poder matizar. Nada hará que podamos corrernos de nuestro concepto, juicio, preconcepto o prejuicio. Nada que no incluya una fuerza afectiva en sentido opuesto a la que tenemos. Ahí quizá se abra una brecha.

Si es de un lugar, primeramente racional, lo más probable es que no nos demos cuenta que lo afectivo/pasional nos tiñe esto también y que, al fin y al cabo, no somos tan racionales: alguien reivindica el terrorismo de estado y no le doy otra chance porque es irracional. O porque no me banco que pueda haber alguien tan obtuso como para despreciar la democracia. Pero si un otro reivindica a los grupos extremos de izquierda, capaz que puedo entenderlo. Pero no porque me sea más entendible, sino por otros motivos no tan simples y acotados.

¡Calláte, loco!

No hay comentarios: