Gente que se dio una vuelta


© Copyright

Si querés copiar y pegar, claro que podés; pero citá la fuente, ¿sí?. Gracias.

24 de septiembre de 2013

Vade retro

Dicen que la gente del interior tiene una espacio personal más amplio que los de ciudad. En la ciudad
andamos más amontonados, entonces charlar con alguien a menos de medio metro de distancia no es problemático. Para alguien desacostumbrado a la promiscuidad del 60 o del tren, es casi una invasión. No, casi no: es una invasión territorial.

Alguna parte mía debe ser del interior, parece... Cuando para hablar se me agarran del brazo como si temieran que fuera a huir, me pasa exactamente eso: quiero escapar. Cuando se me acercan dos pasos -innecesarios para mí-, retrocedo tres. A ver: te veo perfecto, te escucho bien, hasta puedo olerte: ¿qué más?

No es solo con el espacio físico. Necesito el espacio "entre" para existir, para ser. Para respirar.

No hay comentarios: