Gente que se dio una vuelta


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5 de octubre de 2013

Al lado, a kilómetros

Iba en colectivo hacia el casamiento de Fer y Mechi. Mañana de viernes.

Subo y me siento en uno de los asientos del fondo, de los individuales. Más atrás, una señora con la hija (¿40 y 11?). La madre no dejó de hablar por teléfono desde casa hasta San Isidro; en realidad, bajamos y siguió hablando mientras caminaba. La nena, sentada al lado, jugaba con su celular.

Más allá del rechazo que me provoca escuchar la vida ajena tan impúdicamente -digo, en serio ¿no les causa pudor que más de 20 desconocidos estén oyendo su conversación?-, me dio pena sentir que se estaba perdiendo la posibilidad de un encuentro menos virtual. Juntas, cada una, en un mundo ajeno al aquí y ahora. Una en la pantalla, la otra en el teléfono, ninguna ahí... 

Nada en el lenguaje corporal indicaba que estuviesen enojadas. Ni siquiera eso.
La nada misma. 

2 comentarios:

Vale Marsans dijo...

a mi me paso algo parecido!
iba en el colectivo en los asientos de atras de 5, al lado una mujer jóven escuchando con auriculares (musica por que cada tanto cambiaba algo en el celular) y el chico solo sentadito al lado!
Ella ni siquiera fué capaz de compartir el auricular con el chico, lo ignoró todo lo que duró el viaje!
Treté de pensar consecuencias de esa conducta... pensé la autoestima de ese chico... aútismo al revés?

Kanene dijo...

Es cada vez más frecuente. Incomunicacón entre los cercanos para "cuidar" la comunicación con los lejanos.