Gente que se dio una vuelta


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30 de marzo de 2014

Y claro...

Terminé de leer un libro -no diré cuál- y siento que no me aportó nada. Es decir... hay libros que aportan entretenimiento, otros, una buena historia, muchos me dejan con preguntas, alguno me replantea temas de fondo, otros son pura belleza, otros me dan un montón de datos necesarios.

Terminé este libro porque quería ver a dónde me llevaba, qué tenía para sorprender. Lo terminé medio a fuerza de voluntad. La nada misma: empieza, pasa por una serie de lugares remanidos y comunes, termina sin resolver nada, pero no de moderno, sino de inconsistente. 

De ahí me puse a pensar: es claro que quien lo escribió quería decir/se/nos algo. Usó palabras, las hiló, las ordenó, las pensó. Trazó una historia. Se sentó y le dedicó tiempo. Lo hizo.

Ahí me doy cuenta: me quedé con algo, pero no del libro en sí, sino del autor. Él lo hizo.

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