Gente que se dio una vuelta


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23 de julio de 2014

Traición y tradición

El novio de D participa de un grupo de descendientes de vascos que intentan mantener, en Argentina, las tradiciones -idioma, danzas, comidas, fiestas- que sus antepasados tenían allá lejos. A D le llamaba la atención que en el afán de preservar estas costumbres, de alguna manera eran más vascos que los vascos que habitan Euzkadi hoy: es decir, aquel lugar del cual vino la tradición siguió desenvolviéndola en el tiempo; en cambio, en aquel lugar al cual la tradición vino, la misma tradición quedó fijada, de tal manera que difícilmente un vasco de allá se reconozca plenamente en los de acá (que dicho sea de paso, ya no son vascos).

Lo compartíamos en el contexto de tantas otras tradiciones, que por querer ser fieles a un origen -tiempo o lugar-, traicionan el desarrollo lógico e inevitable que la misma tradición ha tenido desde ese tiempo en ese lugar. Nos preocupaba como la fidelidad se convierte así en algo externo -trajes, ornamentos, fórmulas, palabras- que acaban pareciéndose más a un disfraz o un idioma críptico, que ya no comunica ni con los orígenes, ni con el presente, ni con el futuro.

4 comentarios:

Diego Orellana dijo...

Qué tema! A mí particularmente me costó discusiones y ríspidos intercambios de ideas, pero bueno, con diversos tipos de ajustes que se puedan hacer en defensa, atenuación y contextualización del hecho, lo básico (en el sentido más literal) está dicho. Creo justamente que el eje central del asunto es el sentido de "fidelidad" que se le imprima al deseo-misión-deber-compromiso de mantener "viva" una cultura, que no es lo mismo que mantenerla "congelada". Mantener con vida algo es aceptar su desarrollo, su evolución, su autonomía en ciertos aspectos, lo que lo hace una no posesión nuestra. En fin, muchas cosas en la Historia, especialmente el desarrollo cultural de los pueblos, no acepta -naturalmente- cercenamientos ni congelamientos de ningún tipo. La fuerza del río no es detenida por una roca.

Diego Orellana dijo...

No hablemos de traición-tradición a nivel religioso mejor. Ahí sí que hay tela para cortar...

kanene dijo...

Como vasca que no necesita mantener ninguna tradición para tener clara su identidad, me llena de ternura y emoción que la diáspora haga ese esfuerzo de "no olvido".
Estamos aquí porque antes otros estuvieron; es un reconocimiento que nos hace más presentes.
No conozco vascos-argentinos pero sí que conocí a chilenos descendientes de vascos emigrantes y la comunicación fluye fácilmente. Te pones a hablar y hay muchas cosas en común.

Pablete dijo...

Kanene, siempre es un gusto leerte.
De un descendiente de catalanes, a una vasca. Abrazo